1) BREVÍSIMA SÍNTESIS DEL CONTEXTO HISTÓRICO DEL SIGLO XIX.
Tras
las guerras napoleónicas (1815) las clases privilegiadas consiguen momentáneamente
frenar el movimiento revolucionario. El Congreso de Viena (1815) y el sistema
de la Santa Alianza reimplantan las monarquías absolutas durante un breve
periodo.
En
1830 estalla una nueva oleada revolucionaria protagonizada por la burguesía,
que volvió a repetirse con mayor fuerza e influencia en 1848, instaurándose en
la mayor parte de Europa formas de gobierno liberales. En España este proceso
se hace coincidir con el reinado de Isabel II, apoyada por los liberales frente
a la oposición de los carlistas tradicionalistas, generando un conflicto que
durará gran parte del siglo XIX.
El
nuevo orden burgués otorga más libertades que el absolutista, aunque por otro
lado no atiende a las necesidades básicas del proletariado o clase trabajadora
que, en general, es explotada por la nueva clase dirigente burguesa en las
fábricas y centros de trabajo, surgidas a su vez de la revolución industrial.
En las fábricas, minas y talleres los trabajadores sufren una gran opresión
económica y laboral, al mismo tiempo que comienzan a verse marginados en la
práctica debido a la escasa incidencia que en ellos tienen los derechos
individuales invocados por la burguesía.
Así,
no tardan en organizarse autónomamente para tratar de cambiar y transformar las
nuevas relaciones sociales, económicas y políticas surgidas de la revolución
burguesa, considerando los derechos reales de todas las personas por igual como
paso previo para la liquidación de las desigualdades e injusticias sociales. De
esta forma, surgen las doctrinas del socialismo y el anarquismo, representadas,
entre otros, por Carlos Marx y Miguel
Bakunin.
Entre
1860 y 1870 comienza un nuevo periodo revolucionario en el que las
organizaciones obreras plantean sus reivindicaciones claramente, incluso de
forma masiva y violenta. Sin embargo, la consolidación de la burguesía, cada
vez más conservadora e instalada en el poder, es un hecho incontestable y los
sentimientos de crisis y peligro no desaparecen.
En
España se producen acontecimientos políticos de primera magnitud como el
derrocamiento de Isabel II tras la revolución de 1868, el advenimiento y pronta
liquidación de la Primera República (1873-1874) y la vuelta al poder de los
Borbones con la monarquía constitucional surgida en el sistema de la
Restauración, personificada en la figura de Alfonso XII (1875). En Francia se
produce la caída del Segundo Imperio napoleónico y la implantación de la
Tercera República Conservadora (1875).
Con
el triunfo definitivo de la burguesía surgieron en Europa, en consonancia con
la consolidación del modelo político del Estado nacional, las distintas
nacionalidades que marcarán un nuevo mapa del continente, con nuevas
estructuras políticas como Alemania, Italia, Bélgica u Holanda, al mismo tiempo
que se consolida el nuevo imperio mundial inglés y se confirma la expansión de
Estados Unidos de América.
2) CONCEPTO DE CLASICISMO Y ROMANTICISMO EN EL CONTEXTO DEL SIGLO XIX PERO
TAMBIÉN COMO CATEGORÍAS CONCEPTUALES APLICABLES A OTROS MOMENTOS DE LA
HISTORIA.
CLASICISMO
Definición del Diccionario de la Real Academia:
clasicismo. (De clásico). m. Estilo literario o artístico fundado
en la imitación de los modelos de la Antigüedad griega o romana.
|| 2. Condición de clásico o tradicional.
Los
términos clásico y clasicismo describen el estilo, el periodo histórico o la
calidad de una obra literaria, artística o musical. Originalmente se asociaban
con la cultura griega y romana, pero con el paso del tiempo también se usan
para determinar los periodos clásicos, entendidos, como excelsos, de cualquier
cultura. Así se puede hablar de literatura clásica española para referirse a
autores como Garcilaso de la Vega (renacentista) o Luis de Góngora (barroco).
Clásicos son también en la literatura italiana Dante (siglos XIII y XIV) y
Ludovico Ariosto (siglos XV y XVI). En la literatura inglesa, el cetro del
clasicismo correspondería a William Shakespeare (XVI y principios del XVII); en
la francesa a Moliere, Jean Baptiste Racine y Pierre Corneille, los tres de
bien entrado el siglo XVII, y en la rusa el periodo clásico está representado
por el realismo del siglo XIX con Fiódor Dostoievski o Liev Tolstói. Por lo
tanto, queda claro que el término clásico se emplea principalmente para
referirse al estilo o periodo de una obra creativa, reconocida como modelo
artístico o como creación de relevancia y valor cultural intemporales.
NEOCLASICISMO
Se
utiliza el término neoclásico para referirse al momento histórico en que tras
el barroco se impuso la estética de los antiguos griegos y romanos y la del
renacimiento más clásico, y corresponde, más o menos y según los lugares y
autores, al siglo XVIII. Posteriormente, se usan indistintamente los términos
clásico y neoclásico —más el primero— para referirse a cualquier estilo,
periodo u obra de calidad equiparables a los modelos griegos y romanos.
Los
periodos más importantes en el pensamiento y el arte occidental en los que se
siguieron los principios estilísticos y estéticos del arte y la literatura de
la antigüedad griega o romana fueron el renacimiento y la Ilustración.
En la próxima veremos Romanticismo y ejemplos de una y otra tendencia.
BIBLIOGRAFÍA:
- Enciclopedia Microsoft Encarta
- Wikipedia
- Newall, Diana, "Apreciar el arte", Editorial Blume, 2009
- tareasfacil.info
- artehistoria.jcyl.es
- claseshistoria.com