Una cultura es el conjunto de las
facultades y habilidades no puramente instintivas de que dispone un grupo de
hombres para mantenerse vivo singular y colectivamente (es decir, como grupo).
El carácter más general y fundamental
de una cultura es que debe ser
aprendida, o sea, transmitida en alguna forma. Esta transmisión es la
educación.
Limitando nuestro discurso a las
llamadas sociedades civilizadas, o sea, a aqu3ellas en las cuales los elementos
culturales están, en alguna medida, abiertos a las innovaciones y
rectificaciones, diremos que tales sociedades se enfrentan a un doble problema:
primero, es el de conservar y transmitir, en la forma más eficaz posible, los
elementos culturales reconocidos como válidos e indispensables para la vida de
la sociedad misma. Segundo, es el de renovarlos
y corregirlos continuamente de manera de volverlos propios para hacer
frente a nuevas situaciones naturales o humanas.
La pedagogía, en cuanto filosofía
de la educación, formula los fines de la educación, las metas que deben
alcanzarse, mientras que la psicología, la sociología, la didáctica, etc., se
limitan a proporcionarnos los medios propios para la consecución de esos fines,
a indicarnos los caminos que debemos recorrer para alcanzar esas metas.
LA EDUCACIÓN EL ANTIGUO ORIENTE
GRECIA
En la geometría, en el arte, en
la observación de la naturaleza y del hombre, los griegos reelaboraron con
espíritu original lo que aprendieron de otros pueblos o fundaron directamente
nuevas ramas del conocimiento.
Su organización social y política
es radicalmente diversa de la de cualquier otro pueblo de la época, con la
posible excepción del fenicio.
Es una civilización laica, donde
no existe una clase sacerdotal potente y organizada; es una civilización de
ciudadano-soldados donde no existe, salvo en momentos y sitios particulares,
una clase guerrera; es una civilización que madura sobre estructuras políticas
fraccionadas (las ciudades-estado), nunca estáticas, sino en desarrollo y en
las que por primera vez en la historia se afirman formas concientes y
elaboradas de democracia; es por lo tanto, una civilización donde ocupa un
lugar prominente la discusión ante asambleas deliberativas.
EGIPTO, BABILONIA, INDIA Y
CHINA
Como apuntes generales, se trata
de poblaciones agrícolas estables protegidas por monarquías absolutas.
Comerciantes, sacerdotes, guerreros.
La función de los sacerdotes era
ser los depositarios de la ciencia acumulada a lo largo de los siglos,
transmitida no ya en forma oral sino mediante algún sistema de escritura.
Todos los conocimientos tenían un carácter eminentemente práctico.
Así por ejemplo, la geometría servía para “medir la tierra”, la aritmética para
los cálculos del comercio, etc.
En cuanto a métodos educativos de
los egipcios se sabe poco pero al parecer se basaban en memorizaciones y
azotes.
Los métodos de los babilonios se conocen poco, se
perseguían fines prácticos, pero estaba un poco más desarrollado que en Egipto
el aspecto científico y quizá también el literario. Pesaba mucho la astrología
y la magia para desarrollar un mayor espíritu científico.
Sólo en la India encontramos un
sistema de castas propiamente dicho, ferozmente cerrado: sacerdotes, guerreros,
comerciantes y pastores, siervos y los sin casta (parias) y como
consecuencia, la educación que recibe
cada uno será diversa.
En China lo que prima es el ideal
de inmovilidad institucional: conservar el orden familiar, político y social;
no sólo los privilegios hereditarios (no hay castas) sino también las funciones,
las instituciones. No existe una casta sacerdotal sino una clase de
funcionarios (los mandarines) que coincide plenamente con la de los hombres
cultos. Para entrar a la administración pública había que pasar por unos
exámenes que requerían una preparación que sólo podían costear las familias
acomodadas.
FENICIOS, PERSAS, HEBREOS
Para los fenicios la educación
sigue fines eminentemente prácticos,
estimulaba la iniciativa y el ingenio, lo que explicaría su expansión
comercial. Desarrollaron el primer sistema de escritura puramente alfabético.
No hay más aristocracia que la
clase industrial y comercial, que controla la religión, los sacerdotes, la
administración de las ciudades y la flotas de naves, grandes, capaces de largas
travesías. No alcanzaron una unidad política. Se basaron en la ciudad-estado,
de carácter monárquico-aristocrático.
Los persas eran un pueblo
agrícola establecido en un suelo no rico, que lo volvieron productivo con mucha
perseverancia. Creían en un dios de la luz aliado con el Hombre y otro de la
oscuridad en lucha permanente. Eran guerreros valerosos que trataban a sus
vencidos con generosidad.
Su educación era en parte como la
fenicia en tanto buscaba de alguna manera la iniciativa individual, pero en vez
de la de los comerciantes, la de los guerreros y los funcionarios encargados de
la administración. Por Jenofonte inferimos que se asemejaba mucho a la
educación espartana. Procuraba ante todo la educación física, religiosa y moral
del guerrero, en desmedro de la instrucción literaria, e incluso la escritura,
reservada a la clase sacerdotal, no muy fuerte políticamente.
Los judíos eran un pueblo nómada
de pastores que se afincaron en Palestina hacia el 1200 a.C. concibieron por
primera vez en la historia un riguroso monoteísmo. Los profetas no eran
propiamente sacerdotes sino predicadores laicos que se sentían poseídos por la
palabra divina. Los profetas fueron los primeros grandes educadores del pueblo
hebreo, cuya instrucción elemental se impartía desde hacía tiempo en el seno familiar,
un profundo sentimiento religioso que reunía y sublimaba en sí los efectos
familiares y el patriotismo, constituía la inspiración profunda de una
educación que no estaba formalmente organizada pero que en el aspecto moral era
más eficaz que cualquier otra educación oriental.
Luego de su cautiverio en
Babilonia, aparece una clase de escribas que son los que asistirán a los
sacerdotes. Surgieron las sinagogas que en un principio no eran lugares
destinados al culto sino a la instrucción religiosa. La educación superior se
impartía a domicilio a las familias adineradas por estos escribas. A partir de
las sinagogas se desarrollan las escuelas primarias, que se volvieron
obligatorias en Jerusalén a partir del 75 a.C.
Su educación entonces se
caracterizará por el espíritu religioso y se ve influída también por los
aportes culturales de babilonios, persas y griegos. Su gran mérito fue hacer un
lugar a los valores individuales (como fenicios y persas), condenando los
castigos corporales como método de enseñanza.
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