Término acuñado en el siglo XIX y que
abarca el período entre 1580 y comienzos del siglo XVIII. Se trata de un estilo
decorativo y florido, repleto de poses dramáticas y rostros apasionados, que
combina la pintura, la escultura y las artes decorativas con el objetivo de
crear imágenes de gran impacto visual. La palabra barroco es de origen
portuguesa y significa “perla de forma irregular”, o “joya falsa”.
El arte barroco se caracterizada básicamente por el color, la luz y el movimiento. Sin
embargo, el movimiento y la luminosidad son los protagonistas de cada
obra; la luz acaba dibujando los contornos, definiendo el ambiente, las formas,
la atmósfera de la pintura, en cuanto el movimiento es resaltado por los
efectos de profundidad, perspectiva y volumen utilizado por los artistas. El naturalismo es otra característica del arte
barroco, las figuras son representadas con su personalidad propia, sentimientos
interiores, perfectamente reflejados en los rostros. Utilizan también la
técnica conocida como “claroscuro”.
La pintura barroca surgió en oposición a la
renacentista, la diferencia entre ellas es que el artista renacentista retracta
el momento anterior a un acontecimiento, el artista barroco resalta el punto
más dramático.
Desde el siglo XVI el conocimiento humano
del mundo se amplió constantemente, y muchos descubrimientos científicos
influyeron en el arte. El activo comercio y colonización de América y otras
zonas geográficas por parte de los países europeos fomentó la descripción de
numerosos lugares y culturas exóticas, desconocidos hasta ese momento.
El arte barroco se sitúa en pleno periodo de reforma protestante, donde el poder de la iglesia católica era cuestionado por medio de muchos movimientos revolucionarios.
La secularización de esta época propició
que se revalorizaran géneros profanos, como el bodegón o el paisaje, que
empieza a cobrar una autonomía inusitada. Las complejas composiciones del barroco,
la diversidad de focos de luz, la abundancia de elementos, todo, puede
aplicarse perfectamente a un paisaje, tal y como puede verse en la Recepción del Embajador Imperial en el Palacio Ducal de Canaletto. El barroco como estilo general adopta
dos formas predominantes, agrupados en torno a dos grandes figuras rivales en
la época: Caravaggio, que aglutina a los pintores del Naturalismo tenebrista; y Annibale Carracci, que trabaja con su hermano y con su
primo en un estilo clasicista.
Los acontecimientos políticos también
tuvieron influencia en el mundo del arte. Las monarquías absolutas de Francia y
España promocionaron la creación de obras que, con su grandiosidad
y esplendor, reflejaran la majestad de Luis XIV.
La arquitectura barroca se basa en la
monumentalidad y dinamismo de las construcciones. El punto de partida, como en
las demás artes es la utilización del lenguaje clasicista elaborado durante el
Renacimiento, que conducirá a la ruptura del equilibrio clásico. Como soportes
se utilizan los atlantes, cariátides y ménsulas y se introducen dos nuevos barrocos:
la columna salomónica (fuste torsionado en forma de espiral) y el estípite
(soporte vertical con forma de pirámide invertida). Se emplean todos los
órdenes (dórico, jónico, corintio, toscano y compuesto). Las columnas son
monumentales o enanas según la conveniencia del conjunto.
En la escultura, se utiliza sobre todo la
madera policromada, este tratamiento realza el profundo sentido realista que no
consiste en copiar la realidad, sino en hacer eterno lo efímero.
BIBLIOGRAFÍA:
- Newall, Diana, Apreciar el arte, Editorial Blume, 2009
- tareasfacil.info
- artehistoria.jcyl.es
- artespain.com