ROMANTICISMO
En
cuanto a la arquitectura, proliferan los edificios de carácter burgués, de
clara utilidad civil. En el siglo XIX se produce la separación entre
arquitectos y Escuelas de Bellas Artes; entre arquitectos e ingenieros.
Los
ingenieros dan paso a nuevos materiales que revolucionan el arte de construir
con materiales nuevos y revolucionarios como el hierro, el cemento o el vidrio.
Los arquitectos descubren el arte medieval y consiguen llegar a la creación de
un estilo ecléctico que evoca tiempos remotos y que se funden en uno solo. Por
su parte, la escultura es el arte menos representativo y continúa viviendo de
los ideales clásicos.
La
pintura es, entre las artes plásticas, el arte con un contenido romántico más
marcado, porque consigue referirse mejor a la intimidad y el individualismo.
Goya es el nexo de unión entre el Antiguo Régimen y la subjetividad romántica.
La herencia la recogerán después artistas como Gericault y Delacroix en
Francia, Friedrich en Alemania o Turner en Inglaterra. Por otra parte, se
utiliza la litografía para la difusión de dibujos, pinturas, escenas, paisajes,
etc (Goya, Daumier, etc.). Surgen las primeras revistas ilustradas y a finales
de siglo se mecaniza la ilustración y reproducción de obras de arte con la
fotografía y las artes fotomecánicas.
En
cuanto al ámbito de la literatura, el término Romanticismo nació como un
concepto estrictamente literario que después se acabó trasladando a lo
artístico en general. El Romanticismo produjo una abundante producción
literaria y la poesía, el teatro y la novela se convirtieron en los géneros
genuinamente divulgadores de los sentimientos burgueses.
En
el siglo XIX nació el periodismo, que junto a la litografía y la xilografía,
hicieron asequible a la mayoría de la población la palabra y la imagen
artísticas.
EL ROMANTICISMO EN ARQUITECTURA
Durante el período romántico se terminaron edificios medievales inconclusos (ej. la catedral de Barcelona) y se restauraron otros. Uno de los más emblemáticos fue el Palacio de Westminster (1836) sede de las dos cámaras del Parlamento Británico en Londres.
EL ROMANTICISMO EN ESCULTURA
![]() |
Palacio de Westminster |
Durante el período romántico se terminaron edificios medievales inconclusos (ej. la catedral de Barcelona) y se restauraron otros. Uno de los más emblemáticos fue el Palacio de Westminster (1836) sede de las dos cámaras del Parlamento Británico en Londres.
EL ROMANTICISMO EN ESCULTURA
Según Novotny, términos como ‘romanticismo’ o
‘realismo’ son difícilmente utilizables en sentido preciso para referirse a la
escultura del siglo XIX. Sólo se puede hablar, en su opinión, de ‘romanticismo’
en un sentido literario, en relación con las temáticas elegidas por los
escultores. Evidentemente, aquella filosofía sentimentaloide de la vida del
primer romanticismo que se trasluce en la idea del Jardín Inglés también se
reflejó en las esculturas incluidas en tales jardines, así como también en la
escultura funeraria; pero eso no era propiamente ‘escultura romántica’. Además,
si entendemos por ‘romanticismo’, como en otros géneros artísticos, profundidad
de contenido e independencia de los modelos del pasado, entonces hay que decir
que la escultura de la época nunca se aventuró más allá de la esfera de lo
subjetivo, es decir, de lo puramente narrativo.
* François
RUDÉ (1784-1855): Partidario de Napoleón, tuvo que emigrar a Bélgica tras la
caída del Emperador en 1814, y no regresó a Francia hasta 1827. Es autor de
algunos de los relieves que se encuentran en el Arco
de Triunfo de L’Étoile, en París. Su obra es bastante mediocre, aunque
agradable de ver.
* Jean-Louis-André-Théodore
GÉRICAULT (1791-1824): Más conocido como pintor.
Sus escasas esculturas no pueden ser consideradas estrictamente como
‘románticas’ ; no obstante, consiguen expresar un cierto sentimiento de
‘infinitud’ de una manera tal que destacan de otras esculturas de la época.
![]() |
Carpeaux, La Danza |
Sobresalieron las figuras de Rudé (La Marsellesa) y Carpeaux.
EL
ROMANTICISMO EN PINTURA
![]() |
La pesadilla |
Admirador
de la antigüedad y del arte del siglo XVI, así como del teatro de Shakespeare y
las leyendas germánicas, Henry Fuseli, como Goya, exploró desde finales del
siglo XVIII la franja sombría del Siglo de las Luces. El sueño, con sus rasgos
de sensualidad y de angustia, con sus imágenes obsesivas y aterradoras,
encarnadas por la cabeza de caballo y por el monstruo diabólico en La pesadilla
(1790-1791, óleo sobre lienzo, 76×63 cm, Museo Goethe, Frankfurt), se sitúa
entre los temas que anuncian el romanticismo.
La
palabra ‘romántico’ se asoció con escenarios salvajes, perspectivas sublimes,
ruinas y una tendencia que se manifiesta en un énfasis creciente por la
ascética de lo sublime como oposición a la belleza.
![]() |
La balsa de la Medusa |
La
obra de grandes dimensiones de Théodore Géricault La balsa de la Medusa
(1818-1819, Louvre, París) está basada en la tragedia de los náufragos de la
fragata francesa Medusa, hundida al oeste de África, quienes pasaron varias
semanas en una balsa. Géricault investigó en profundidad los hechos y los
plasmó con gran detalle en esta obra que provocó un gran escándalo en su época.
En
Francia el periodo de formación del romanticismo coincidió con las Guerras
Napoleónicas (1799-1815). Los primeros artistas franceses de este estilo
encontraron su fuente de inspiración en los acontecimientos que les rodeaban.
Antoine-Jean Gros inició la transición del neoclasicismo al romanticismo
impulsado por el estilo sobrio de su maestro, Jacques-Louis David, quien tenía
un estilo más colorista y emotivo, influido por el pintor flamenco barroco
Petrus Paulus Rubens. La principal figura del romanticismo francés fue Théodore
Géricault, que además llevó las tendencias dramáticas y coloristas al estilo de
Gros y cambió el sentido heroico de los cuadros de batallas por el del
sufrimiento.
En su Coracero herido (1814) un soldado, en medio de una humareda,
se desmaya en el campo. Las poderosas pinceladas, la luz y los tonos oscuros
acrecientan el sentido de aislamiento y vulnerabilidad; y esto para Géricault y
otros pintores románticos constituía la esencia de la condición humana.
![]() |
La libertad guiando al pueblo |
Eugène
Delacroix pintó La libertad guiando al pueblo en 1830, una de las obras
culminantes del romanticismo. El gobierno francés encargó este lienzo de 2,59 x
3,25 m, pero después lo consideró demasiado revolucionario, de modo que
prohibió su exhibición.
La
obra maestra de Géricault, La balsa de Medusa (1818-1819), retrata a escala
heroica el sufrimiento de la humanidad, un tema del que se hizo eco el pintor
romántico francés, Eugène Delacroix, en su Masacre en Quíos (1824). Delacroix
adopta a menudo temas de la literatura, pero resalta los que tienen más
transcendencia literaria o didáctica con el uso de colores que crean un efecto
de energía pura o emoción comparado con la música. Rechazando el énfasis
neoclásico sobre la forma y los rasgos, utiliza medios tonos obtenidos de la
yuxtaposición de un color con su complementario y no del oscurecimiento de uno
de ellos. Su Muerte de Sardanápalo (1827), inspirada en una obra del poeta
romántico inglés lord Byron, lo detalla con precisión, pero la acción es tan
violenta y la composición tan dinámica que el efecto es un caos hundiendo la
inamovible e indiferente figura de un rey agonizante.
![]() |
Saturno devorando a un hijo, una de las Pinturas negras de Goya, realizada durante el Trienio Liberal (1820–1823), y que, a bajo una capa mitológica, alude a la famosa frase de Vergniaud poco antes de ser guillotinado: «La Revolución devora a sus propios hijos».
|
El colorido es
característico del romanticismo, pues prevalece sobre el dibujo, que
asume un papel secundario. La pincelada se hizo visible, impetuosa. El empaste
es en general grumoso y espeso, de manera que la pintura adquirió una
naturaleza táctil que reforzaba su carácter de creación impulsiva y espontánea.
A veces el acabado del cuadro tiene un aspecto de esbozo.
Los
temas que preferían los románticos se evidencian en los géneros que cultivaron.
Así, el tema de la naturaleza hizo que los paisajes se
convirtieran en un género mayor, cuando hasta entonces era considerado menor o
mero fondo decorativo para las composiciones de figuras. No se trataba de
descripciones topográficas, sino de expresar emociones humanas
a través del paisaje.
El
tratamiento de las figuras procura ser realista. Así, cuidan de que la ropa de
los personajes se corresponda con la época histórica que
pretenden representar o con el lugar en que tiene lugar la escena (por ejemplo,
Oriente en los cuadros orientalistas). Si el cuadro lo requiere, no
evitan pintar personas heridas, deformes o muertas, llegando a recurrir al
depósito de cadáveres para poder conocer y reflejar más verosímilmente a los
muertos; así lo hizo Géricault cuando pintó La balsa de la Medusa.
Las
técnicas usadas variaron. Predominó la pintura al
óleo sobre lienzo, de variados tamaños, inclinándose los franceses,
en general por los de grandes dimensiones. Pero también se utilizó la acuarela,
técnica preferida por muchos pintores ingleses,
y que era especialmente útil para aquellos pintores que viajaban. El dibujo experimentó
cierto auge, debido a la facilidad con que expresaba el mundo interior del
artista. La pintura al fresco intentó ser recuperada
por los nazarenos.
Muchos
dibujos y pinturas alcanzaron una gran difusión gracias a medios de
reproducción como la litografía, la aparición de prensas
metálicas y el renacimiento del grabado en
madera. En el aguafuerte destacó la figura de Goya.
Gracias a estos medios, a través de periódicos y revistas,
se popularizaron numerosas imágenes, al alcance de todo el público.
BIBLIOGRAFÍA:
- Enciclopedia Microsoft Encarta
- Wikipedia
- Newall, Diana, "Apreciar el arte", Editorial Blume, 2009
- tareasfacil.info
- artehistoria.jcyl.es
- claseshistoria.com