sábado, 7 de julio de 2012

HISTORIA DE LA EDUCACIÓN EN LA ANTIGÜEDAD- HENRI IRENÉE MARROU


Somos grecolatinos: de allí deriva todo lo esencial de nuestra civilización; esto se aplica a nuestro sistema educativo.

El cristianismo, sobre todo desde el siglo XII en adelante creó instituciones y métodos pedagógicos muy distintos y originales. Sin embargo, aún en pleno siglo XIII, el recuerdo de los modelos antiguos y la preocupación por imitarlos no cesaron.

Para el autor nuestra educación moderna quedó marcada sobre todo por el gran Renacimiento de los siglos XV y XVI, con el retorno voluntariamente declarado a la más estricta tradición clásica.

El período que estudia el trabajo va desde el año 1000 a.C. hasta el año 500 d.C., a esto le llama educación clásica.

Constituyeron aportes decisivos en esta etapa los de Platón (año 348) e Isócrates (338).

La educación es la técnica colectiva mediante la cual una sociedad inicia a su generación joven en los valores y en las técnicas que caracterizan la vida de su civilización. De ahí que para el autor la educación es un fenómeno secundario y subordinado respecto de la civilización. Esto supone un cierto orden en el tiempo: primero una civilización debe alcanzar su forma propia para que pueda generar la educación que la refleje. Por eso es que ubica la educación clásica una vez terminada la etapa de creación de la civilización griega.

Marca 3 etapas en su crecimiento:
-de sus orígenes hasta su forma adulta, desarrollada (siglo X al IV a.C)
-segunda etapa, todo el período de apogeo griego
-el aporte romano

Luego vendría su caída repentina en las colonias romanas por las invasiones bárbaras.

Define esta etapa de la historia de la educación antigua como el “tránsito progresivo de una cultura de nobles guerreros, a una cultura de escribas”. Y esto ya lo ve en la obra de Homero la Ilíada, que es un poema celebratorio de las hazañas de los héroes.

El tipo característico de los escribas viene del Cercano Oriente (Egipto, Mesopotamia, Siria), que si bien tuvieron formas muy diferentes entre sí se podrían definir desde 2 puntos de vista: técnico y social. Técnicamente por la importancia que le asignan a la escritura, escriba es el que domina esa técnica que se supone es heredada de los dioses. Desde el punto de vista social, el escriba es un funcionario básicamente real (del rey), podría ser como en Egipto funcionario religioso pero el origen de la escritura parece ser que fue con fines más prácticos, para la contabilidad y la administración. El escriba entonces se suponía de una clase superior, no era campesino o artesano sino que estaba siempre relacionado con el poder, era una clase privilegiada o así se sentía. El privilegio aumentaba además por lo dicho de que la escritura se suponía cosa sagrada.
Existían escuelas para la formación de los escribas, donde la pedagogía era muy elemental, apelaba a los castigos corporales de manera natural pero extrañamente también buscaba la discusión con el maestro, este leía un texto, lo comentaba y preguntaba a los alumnos.

LA EDUCACIÓN HOMÉRICA
Dos textos que se atribuyen a Homero: la Ilíada y la Odisea, del siglo VIII y VII a. C. respectivamente.
Homero no era historiador sino poeta, no pretende contarnos la realidad sino hacer un poema que evoca supuestas hazañas de héroes, ambientado en un pasado prestigioso y lejano, donde hablan dioses y animales…
Quitándole todos esos aspectos, se podría tomar a Homero para hacernos una idea de cómo era la sociedad en el período que va del 1180 al 1000 a.C.
Esa sociedad parece estar constituída por un rey en la cúspide, rodeado de una aristocracia de guerreros, corte conformada por un consejo de ancianos y por los jóvenes guerreros, el llamado pueblo (Laos), el vulgo (las clases más populares) y los villanos.
Esa vida comunitaria, todos cortesanos del rey, camaradas del rey, parece romperse cuando se crean los feudos, cuando el rey reparte dominios en pago a servicios prestados por todos estos guerreros.
La cultura griega, en sus orígenes, fue el privilegio de esta aristocracia de guerreros. Los héroes homéricos no son soldados brutos sino que ya son caballeros. Además de las ceremonias y fiestas reales, también los juegos forman parte de la vida de estos caballeros. Al igual que la música. Es una vida cortesana con todo lo que implica de refinamiento.
Otro aspecto importante es la gran delicadeza de las actitudes con respecto a la mujer. Esto se ve sobre todo en la Odisea. Un personaje se preocupa mucho de no dar celos a su esposa con otra mujer.
Toda esta cultura, suponía obviamente una educación adecuada.

Quirón y Fénix
Fueron 2 educadores de Aquiles.
Quirón le enseñó los deportes y la caza, equitación, la jabalina, la lira e incluso la medicina.
Fénix es la persona mayor que lo aconseja en cómo debe dirigirse en la vida, lo aconseja en base a su propia experiencia.

Durante largos siglos la educación antigua conservará muchos rasgos provenientes de este origen aristocrático y caballeresco. Tan es así que el autor ve hasta en la educación francesa de hoy día un origen aristocrático aunque se haya popularizado o haya abierto sus puertas al vulgo. Un ejemplo que marca de ello es que para aprender poesía a los niños se les sigue dando las Fábulas de La Fontaine que era un libro dedicado al duque de Borgoña, no al vulgo.

Se puede señalar entonces 2 aspectos en la educación homérica: una educación técnica (las armas, deportes, música, oratoria) y una educación ética concebida como un cierto ideal de vida, de hombre realizable.

Homero, educador de Grecia
La educación griega a lo largo de toda su historia, conservó a Homero como texto básico. Ya Platón decía que Homero fue el educador de Grecia.
Por qué se lo considera así: porque Homero es quien mejor interpretó la ética caballeresca. Sus textos no se estudiaron primordialmente por su valor literario sino porque su contenido los convertía en un manual de ética, un tratado del ideal.
Este ideal es lo que se mantuvo, ya que los aspectos técnicos de la educación griega evidentemente evolucionaron mucho con el tiempo.
El ideal moral del perfecto caballero homérico se encarna en la pura y noble figura de Aquiles: una moral heroica del honor, amor a la gloria.
La gloria es el reconocimiento objetivo del valor. Ese deseo apasionado de gloria, de ser proclamado el mejor, es el impulso fundamental de esta moral caballeresca. El héroe homérico y a su imitación el hombre griego, no es realmente felíz si no se siente, si no se afirma como el primero, distinto y superior, dentro de su categoría. “Ser siempre el mejor y mantenerse superior a los demás”.

Es en función de esta elevada idea de la gloria que se define el papel propio de Homero, que es de orden educativo. La finalidad a que se subordina su obra no es esencialmente de orden estético, sino que consiste en inmortalizar al héroe.
Así como el Medioevo en sus postrimerías nos legó la Imitación de Cristo, así el Medioevo helénico transmitió a la Grecia clásica, por medio de Homero, la Imitación del Héroe.

LA EDUCACIÓN ESPARTANA
Esparta constituye muy naturalmente la segunda etapa de nuestra historia: aquí podemos observar como la educación homérica caballeresca se perpetúa, al mismo tiempo que comienza a evolucionar. Ciudad ante todo militar y aristocrática, Esparta no llegará nunca muy lejos por ese camino que debía desembocar en la “educación del escriba”, por el contrario seguirá siendo una ciudad de gentes semiiletradas.
El siglo VII a.C. es el gran siglo de Esparta, su punto culminante. Después de figurar a la cabeza del progreso, se convierte en la ciudad conservadora por excelencia de las viejas costumbres ya abandonadas en todas partes (sobre todo a partir del siglo IV a.C.).

Cultura arcaica de Esparta
En esa época era un gran centro de cultura, hospitalaria con los extranjeros, acogedora de las artes, de la belleza, de todo aquello que más tarde rechazará. Esparta era entonces lo que Atenas sólo llegará a ser en el siglo V a.C.: la metrópoli de la civilización helénica.

Militar y cívica
La Esparta de los siglos VIII-VI a.C. es indudablemente, ante todo, un Estado guerrero. Su poderío bélico hizo de ella uno de los más vastos Estados de Grecia.
Podemos conjeturar entonces que la educación en este tiempo era esencialmente militar, un aprendizaje directo e indirecto, del oficio de las armas.
Pero subrayemos la evolución técnica y ética a la vez: la educación del espartano ya no es la educación del caballero homérico sino la del soldado, se sitúa en una atmósfera “política”, no señoral. Esto pasó por una revolución técnica en cuanto a cómo se decidían los combates: ya no en simples encuentros de duelos de carros sino en choques de infantes, de ejércitos.
Este cambio en los combates tienen profundas consecuencias morales y sociales: el ideal del caballero homérico es sustituído por el ideal colectivo de la polis, del Estado. “Bello es morir para el hombre que cae en primera fila combatiendo valientemente por su patria.”
El nuevo ideal subordina la persona humana a la colectividad política: la educación espartana ya no tendrá por objeto seleccionar héroes, sino formar una ciudad entera de héroes, esto es, de soldados prestos para consagrarse a la patria.

Deportiva
Conservaba de sus orígenes caballerescos el gusto por los deportes hípicos y atléticos. El deporte no estaba restringido a los hombres, había también atletismo femenino.

Musical
La música se ubica en el centro de la cultura: por medio de la danza se vincula con la gimnasia, por medio del canto sirve de vehículo a la poesía, única forma arcaica de la literatura.

La gran negación
Hacia el 550 a.C. se da un brusco estancamiento en el desarrollo de Esparta. El punto de partida fue una revolución política y social con la que la aristocracia puso fin a la agitación de las clases populares y consolidó su triunfo estableciendo sus instituciones. Esparta se divorcia entonces de las demás ciudades griegas que, en conjunto, lejos de retroceder hacia la aristocracias, se orientan más bien hacia una forma más o menos acentuada de democracia.

Educación del Estado
La educación espartana persigue el objetivo del entrenamiento del infante, del soldado. Está organizada y en manos totalmente del Estado. Recibir la educación es condición más que necesaria, suficiente, para el ejercicio de los derechos cívicos.
La ley, se interesa por el niño desde antes de su nacimiento: política de eugenesia. Apenas nacido, el niño debe ser presentado ante una comisión de ancianos, el futuro ciudadano sólo es aceptado si es bello, bien conformado y robusto, a los enclenques se los condena a ser arrojados a los depósitos de residuos.
El Estado delegaba sus facultades en la familia hasta que el niño cumplía los siete años. Luego el joven pasaba directamente a manos del Estado hasta su muerte.
La educación propiamente dicha se extiende de los siete a los veinte años, la realiza un magistrado especial, comisario de la educación nacional. El niño se enrola en brigadas juveniles que hacen acordar a la organización de los modernos Boy Scouts y más aún a los movimientos juveniles fascistas como el hitlerismo.

Instrucción premilitar
El objetivo era esencialmente crear soldados. El aspecto intelectual de la educación quedaba relegado a un mínimo. Aprendían “lo necesario” en materia de escritura y lectura y algo de música.
Todas las energías se vuelcan hacia la preparación militar por lo que la educación física ocupa el primer puesto. La práctica de los deportes ya no se relaciona con un estilo de vida noble sino que se subordina estrictamente al desarrollo de la fuerza física por lo que la gimnasia debió de agregar elementos militares como manejo de las armas, la esgrima, jabalina, etc, movimientos de formación compacta (para la infantería, durante mucho tiempo el ejército espartano fue el único ejército de profesionales de Grecia hasta bien entrado el siglo IV a.C.).

Una moral totalitaria
Todo se sacrifica al bienestar y al interés de la comunidad nacional: ideal de patriotismo, de consagración del Estado, hasta el sacrificio supremo. Solamente se consideraba justo lo que contribuía al engrandecimiento de Esparta y eso deriva en prácticas de odio a los extranjeros.
En el orden interno, se procura desarrollar el sentido comunitario y el espíritu de disciplina.
Esta moral cívica, hecha de consagración a la patria y de obediencia a las leyes, se desenvuelve en un clima de austeridad y ascetismo, muy característico de Esparta y de los Estados modernos que trataron de imitarla: la virtud espartana requiere un “clima duro”. Se rechaza la civilización y los goces. El educador espartano procura desarrollar en el joven la resistencia la sufrimiento. Le impone, sobre todo desde los doce años en adelante, un severo régimen de vida en el que la nota de dureza y de barbarie se iran acentuando incesantemente (mal vestido, rapada la cabeza, descalzos, mal alimentado, etc, se lo incentiva a que robe para comer).

Educación de los jóvenes
La música, la danza y el canto desempeñaron en adelante un papel más diluído que la gimnasia y el deporte.
Como la mujer fascista, la espartana tiene ante todo la obligación de ser madre fecunda de hijos vigorosos. Su educación se subordina a esta preocupación eugenésica: se procura “despojarla de toda delicadeza y de toda ternura femenina”, endureciendo el cuerpo y obligándola a posarse desnuda en las fiestas  y ceremonias; sin complicaciones sentimentales y cuyas uniones atenderán exclusivamente al mejor interés de la raza.

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