Somos grecolatinos: de allí
deriva todo lo esencial de nuestra civilización; esto se aplica a nuestro
sistema educativo.
El cristianismo, sobre todo desde
el siglo XII en adelante creó instituciones y métodos pedagógicos muy distintos
y originales. Sin embargo, aún en pleno siglo XIII, el recuerdo de los modelos
antiguos y la preocupación por imitarlos no cesaron.
Para el autor nuestra educación
moderna quedó marcada sobre todo por el gran Renacimiento de los siglos XV y
XVI, con el retorno voluntariamente declarado a la más estricta tradición
clásica.
El período que estudia el trabajo
va desde el año 1000 a.C. hasta el año 500 d.C., a esto le llama educación
clásica.
Constituyeron aportes decisivos en
esta etapa los de Platón (año 348) e Isócrates (338).
La educación es la técnica
colectiva mediante la cual una sociedad inicia a su generación joven en los
valores y en las técnicas que caracterizan la vida de su civilización. De ahí
que para el autor la educación es un fenómeno secundario y subordinado respecto
de la civilización. Esto supone un cierto orden en el tiempo: primero una
civilización debe alcanzar su forma propia para que pueda generar la educación
que la refleje. Por eso es que ubica la educación clásica una vez terminada la
etapa de creación de la civilización griega.
Marca 3 etapas en su crecimiento:
-de sus orígenes hasta su forma
adulta, desarrollada (siglo X al IV a.C)
-segunda etapa, todo el período
de apogeo griego
-el aporte romano
Luego vendría su caída repentina
en las colonias romanas por las invasiones bárbaras.
Define esta etapa de la historia
de la educación antigua como el “tránsito progresivo de una cultura de nobles
guerreros, a una cultura de escribas”. Y esto ya lo ve en la obra de Homero la
Ilíada, que es un poema celebratorio de las hazañas de los héroes.
El tipo característico de los
escribas viene del Cercano Oriente (Egipto, Mesopotamia, Siria), que si bien
tuvieron formas muy diferentes entre sí se podrían definir desde 2 puntos de
vista: técnico y social. Técnicamente por la importancia que le asignan a la
escritura, escriba es el que domina esa técnica que se supone es heredada de
los dioses. Desde el punto de vista social, el escriba es un funcionario
básicamente real (del rey), podría ser como en Egipto funcionario religioso
pero el origen de la escritura parece ser que fue con fines más prácticos, para
la contabilidad y la administración. El escriba entonces se suponía de una
clase superior, no era campesino o artesano sino que estaba siempre relacionado
con el poder, era una clase privilegiada o así se sentía. El privilegio
aumentaba además por lo dicho de que la escritura se suponía cosa sagrada.
Existían escuelas para la
formación de los escribas, donde la pedagogía era muy elemental, apelaba a los
castigos corporales de manera natural pero extrañamente también buscaba la
discusión con el maestro, este leía un texto, lo comentaba y preguntaba a los
alumnos.
LA EDUCACIÓN HOMÉRICA
Dos textos que se atribuyen a
Homero: la Ilíada y la Odisea, del siglo VIII y VII a. C. respectivamente.
Homero no era historiador sino
poeta, no pretende contarnos la realidad sino hacer un poema que evoca
supuestas hazañas de héroes, ambientado en un pasado prestigioso y lejano,
donde hablan dioses y animales…
Quitándole todos esos aspectos,
se podría tomar a Homero para hacernos una idea de cómo era la sociedad en el
período que va del 1180 al 1000 a.C.
Esa sociedad parece estar
constituída por un rey en la cúspide, rodeado de una aristocracia de guerreros,
corte conformada por un consejo de ancianos y por los jóvenes guerreros, el
llamado pueblo (Laos), el vulgo (las clases más populares) y los villanos.
Esa vida comunitaria, todos
cortesanos del rey, camaradas del rey, parece romperse cuando se crean los
feudos, cuando el rey reparte dominios en pago a servicios prestados por todos
estos guerreros.
La cultura griega, en sus
orígenes, fue el privilegio de esta aristocracia de guerreros. Los héroes
homéricos no son soldados brutos sino que ya son caballeros. Además de las
ceremonias y fiestas reales, también los juegos forman parte de la vida de
estos caballeros. Al igual que la música. Es una vida cortesana con todo lo que
implica de refinamiento.
Otro aspecto importante es la
gran delicadeza de las actitudes con respecto a la mujer. Esto se ve sobre todo
en la Odisea. Un personaje se preocupa mucho de no dar celos a su esposa con
otra mujer.
Toda esta cultura, suponía
obviamente una educación adecuada.
Quirón y Fénix
Fueron 2 educadores de Aquiles.
Quirón le enseñó los deportes y
la caza, equitación, la jabalina, la lira e incluso la medicina.
Fénix es la persona mayor que lo
aconseja en cómo debe dirigirse en la vida, lo aconseja en base a su propia
experiencia.
Durante largos siglos la
educación antigua conservará muchos rasgos provenientes de este origen
aristocrático y caballeresco. Tan es así que el autor ve hasta en la educación
francesa de hoy día un origen aristocrático aunque se haya popularizado o haya
abierto sus puertas al vulgo. Un ejemplo que marca de ello es que para aprender
poesía a los niños se les sigue dando las Fábulas
de La Fontaine que era un libro dedicado al duque de Borgoña, no al vulgo.
Se puede señalar entonces 2
aspectos en la educación homérica: una educación técnica (las armas, deportes,
música, oratoria) y una educación ética concebida como un cierto ideal de vida,
de hombre realizable.
Homero, educador de Grecia
La educación griega a lo largo de
toda su historia, conservó a Homero como texto básico. Ya Platón decía que
Homero fue el educador de Grecia.
Por qué se lo considera así:
porque Homero es quien mejor interpretó la ética caballeresca. Sus textos no se
estudiaron primordialmente por su valor literario sino porque su contenido los
convertía en un manual de ética, un tratado del ideal.
Este ideal es lo que se mantuvo,
ya que los aspectos técnicos de la educación griega evidentemente evolucionaron
mucho con el tiempo.
El ideal moral del perfecto
caballero homérico se encarna en la pura y noble figura de Aquiles: una moral
heroica del honor, amor a la gloria.
La gloria es el reconocimiento
objetivo del valor. Ese deseo apasionado de gloria, de ser proclamado el mejor,
es el impulso fundamental de esta moral caballeresca. El héroe homérico y a su
imitación el hombre griego, no es realmente felíz si no se siente, si no se
afirma como el primero, distinto y superior, dentro de su categoría. “Ser
siempre el mejor y mantenerse superior a los demás”.
Es en función de esta elevada
idea de la gloria que se define el papel propio de Homero, que es de orden
educativo. La finalidad a que se subordina su obra no es esencialmente de orden
estético, sino que consiste en inmortalizar al héroe.
Así como el Medioevo en sus
postrimerías nos legó la Imitación de
Cristo, así el Medioevo helénico transmitió a la Grecia clásica, por medio
de Homero, la Imitación del Héroe.
LA EDUCACIÓN ESPARTANA
Esparta constituye muy
naturalmente la segunda etapa de nuestra historia: aquí podemos observar como
la educación homérica caballeresca se perpetúa, al mismo tiempo que comienza a
evolucionar. Ciudad ante todo militar y aristocrática, Esparta no llegará nunca
muy lejos por ese camino que debía desembocar en la “educación del escriba”,
por el contrario seguirá siendo una ciudad de gentes semiiletradas.
El siglo VII a.C. es el gran
siglo de Esparta, su punto culminante. Después de figurar a la cabeza del progreso,
se convierte en la ciudad conservadora por excelencia de las viejas costumbres
ya abandonadas en todas partes (sobre todo a partir del siglo IV a.C.).
Cultura arcaica de Esparta
En esa época era un gran centro
de cultura, hospitalaria con los extranjeros, acogedora de las artes, de la
belleza, de todo aquello que más tarde rechazará. Esparta era entonces lo que
Atenas sólo llegará a ser en el siglo V a.C.: la metrópoli de la civilización
helénica.
Militar y cívica
La Esparta de los siglos VIII-VI
a.C. es indudablemente, ante todo, un Estado guerrero. Su poderío bélico hizo
de ella uno de los más vastos Estados de Grecia.
Podemos conjeturar entonces que
la educación en este tiempo era esencialmente militar, un aprendizaje directo e
indirecto, del oficio de las armas.
Pero subrayemos la evolución
técnica y ética a la vez: la educación del espartano ya no es la educación del
caballero homérico sino la del soldado, se sitúa en una atmósfera “política”,
no señoral. Esto pasó por una revolución técnica en cuanto a cómo se decidían
los combates: ya no en simples encuentros de duelos de carros sino en choques
de infantes, de ejércitos.
Este cambio en los combates
tienen profundas consecuencias morales y sociales: el ideal del caballero
homérico es sustituído por el ideal colectivo de la polis, del Estado. “Bello es morir para el hombre que cae en
primera fila combatiendo valientemente por su patria.”
El nuevo ideal subordina la
persona humana a la colectividad política: la educación espartana ya no tendrá
por objeto seleccionar héroes, sino formar una ciudad entera de héroes, esto
es, de soldados prestos para consagrarse a la patria.
Deportiva
Conservaba de sus orígenes
caballerescos el gusto por los deportes hípicos y atléticos. El deporte no
estaba restringido a los hombres, había también atletismo femenino.
Musical
La música se ubica en el centro
de la cultura: por medio de la danza se vincula con la gimnasia, por medio del
canto sirve de vehículo a la poesía, única forma arcaica de la literatura.
La gran negación
Hacia el 550 a.C. se da un brusco
estancamiento en el desarrollo de Esparta. El punto de partida fue una
revolución política y social con la que la aristocracia puso fin a la agitación
de las clases populares y consolidó su triunfo estableciendo sus instituciones.
Esparta se divorcia entonces de las demás ciudades griegas que, en conjunto,
lejos de retroceder hacia la aristocracias, se orientan más bien hacia una
forma más o menos acentuada de democracia.
Educación del Estado
La educación espartana persigue
el objetivo del entrenamiento del infante, del soldado. Está organizada y en
manos totalmente del Estado. Recibir la educación es condición más que
necesaria, suficiente, para el ejercicio de los derechos cívicos.
La ley, se interesa por el niño
desde antes de su nacimiento: política de eugenesia. Apenas nacido, el niño
debe ser presentado ante una comisión de ancianos, el futuro ciudadano sólo es
aceptado si es bello, bien conformado y robusto, a los enclenques se los
condena a ser arrojados a los depósitos de residuos.
El Estado delegaba sus facultades
en la familia hasta que el niño cumplía los siete años. Luego el joven pasaba
directamente a manos del Estado hasta su muerte.
La educación propiamente dicha se
extiende de los siete a los veinte años, la realiza un magistrado especial,
comisario de la educación nacional. El niño se enrola en brigadas juveniles que
hacen acordar a la organización de los modernos Boy Scouts y más aún a los
movimientos juveniles fascistas como el hitlerismo.
Instrucción premilitar
El objetivo era esencialmente
crear soldados. El aspecto intelectual de la educación quedaba relegado a un
mínimo. Aprendían “lo necesario” en materia de escritura y lectura y algo de
música.
Todas las energías se vuelcan
hacia la preparación militar por lo que la educación física ocupa el primer
puesto. La práctica de los deportes ya no se relaciona con un estilo de vida
noble sino que se subordina estrictamente al desarrollo de la fuerza física por
lo que la gimnasia debió de agregar elementos militares como manejo de las
armas, la esgrima, jabalina, etc, movimientos de formación compacta (para la
infantería, durante mucho tiempo el ejército espartano fue el único ejército de
profesionales de Grecia hasta bien entrado el siglo IV a.C.).
Una moral totalitaria
Todo se sacrifica al bienestar y
al interés de la comunidad nacional: ideal de patriotismo, de consagración del
Estado, hasta el sacrificio supremo. Solamente se consideraba justo lo que
contribuía al engrandecimiento de Esparta y eso deriva en prácticas de odio a
los extranjeros.
En el orden interno, se procura
desarrollar el sentido comunitario y el espíritu de disciplina.
Esta moral cívica, hecha de
consagración a la patria y de obediencia a las leyes, se desenvuelve en un clima
de austeridad y ascetismo, muy característico de Esparta y de los Estados
modernos que trataron de imitarla: la virtud espartana requiere un “clima
duro”. Se rechaza la civilización y los goces. El educador espartano procura
desarrollar en el joven la resistencia la sufrimiento. Le impone, sobre todo
desde los doce años en adelante, un severo régimen de vida en el que la nota de
dureza y de barbarie se iran acentuando incesantemente (mal vestido, rapada la
cabeza, descalzos, mal alimentado, etc, se lo incentiva a que robe para comer).
Educación de los jóvenes
La música, la danza y el canto
desempeñaron en adelante un papel más diluído que la gimnasia y el deporte.
Como la mujer fascista, la
espartana tiene ante todo la obligación de ser madre fecunda de hijos
vigorosos. Su educación se subordina a esta preocupación eugenésica: se procura
“despojarla de toda delicadeza y de toda ternura femenina”, endureciendo el
cuerpo y obligándola a posarse desnuda en las fiestas y ceremonias; sin complicaciones sentimentales
y cuyas uniones atenderán exclusivamente al mejor interés de la raza.